miércoles, enero 09, 2008

Diva


u

El aposento era el caos, el olor a tabaco y alcohol desbordaba, el final de fiesta siempre es desordenado. Sobre la cama el movimiento acompasado revelaba el hondo dormir de la cantante.

Esta habitación representaba la realización de mi más anhelado deseo, la intimidad con la gran diva; tocarla, besarla lento toda la noche; ahora, la poseo. De frente a ella, en el sillón, observo casi estático ese movimiento hipnótico, la hermosa anatomía crece y decrece al ventilarse, la cabellera negra derrama brillos animales, los pies al abrir y cerrar los mínimos dedos acompañan a la respiración con ritmo erótico, el sexo emite aroma de almizcle y tierra prometida.

Algo falta, ese extraño sentimiento de vacío, de cajete, de dolor prometido por trabajo, de presencia perdida, de cadáver. Sólo eso falla, ese ligero espacio para cerrar la brecha y encontrar el ambivalente, amargo y acaramelado sabor de la separación.

El ritmo decae y abres los ojos, la claridad verde me invade y evita mi pensamiento; estiras felina el torso, dos ojos más (ahora rosas) me lesionan; la sabana te revela silenciosa y fenezco; caminas adormilada hacia mi y me besas; ya no soy me pierdo en ti, esta presencia me absorbe y me desvanece.

Así, al final, el sonido del diapasón nos permitió encontrar la clave faltante; cantas para mí al amanecer y la vida es sólo de nosotros.

u

Nota: Por último, falta la vocal "u".

Saludos

Arturo Herrera ©