miércoles, noviembre 26, 2008

¿Y ahora?

Te sepulté,  ¿y ahora?
No tengo nada preparado, los días se dejarán venir sin tregua y los dejaré pasar sin ruido, no tengo nada preparado.
¿Qué hacer con el baúl de los recuerdos?  Ahí está tu cuarzo rosa, el amoroso; tu cámara Minolta, la hacedora de instantes; el lazo de ‘Respingo’, tu caballo de niña. ¿Qué hacer con esas cosas que sólo significan con tu presencia?
Ayer me dije -¡cálmate!- y salí a caminar por las aceras.
Mi mano, infructuosa, buscó la tuya en algún lado; mi hombro se perdió al no encontrar la dirección marcada por el tuyo; abrí la puerta del pequeño café, invariable,  y no pasaste junto a mí, ¿a quién espero?
De vuelta, sin encontrar aún tu mano el camino se hizo diferente, giré antes del destino y me encontré en un lugar extraño, un laberinto, a sólo cuatro calles del terruño.
Ahogado y sin resuello llegué al hogar y me tumbé en la cama, llanura inverosímil que perdió las cordilleras de tu cuerpo, a esperar la luz, al día, que será oscuro sin tus besos.
Te sepulté, ¿y ahora?

Arturo Herrera ©

sábado, noviembre 01, 2008

LA LUPA

Si observo mi obra, casi todo está hecho, todo es sincrónico y dúctil. Pero en algunos instantes algo parece desencajar, algo atora el mecanismo y lo lentifica. Es en esos momentos que tomo mi lupa, la lupa universal, y escudriño en lo minúsculo.

Acerco mi vieja cara al artefacto, oigo y observo.

 

Con lentitud mi lupa magnifica lo pequeño, descubro esos seres que deambulan en fila uno detrás de otro, ese nido evita el buen funcionamiento, amplifico más para hacer individuales los amasijos de vida y descubro que son muchos más de los que imaginaba, veo su devenir que parece caótico y comienzo a percibir el murmullo que producen.

 

Me acerco, los veo reunidos y su ruido se va haciendo inteligible. Escucho atento.

 

▬ Padre nuestro que estás en los cielos…