sábado, noviembre 18, 2006

El sexo de las hadas.

Querida amiga:

Hoy después de pensarlo mucho observo que mi jefe, este al que muchas veces he nombrado asno, y que no tiene, en absoluto, las cualidades técnicas de las que estoy orgulloso; tiene, te digo, una cualidad de la cual carezco.

Si, lo descubrí hoy: es en el más amplio sentido de la palabra, un hombre de contactos y su habilidad social lo ha llevado sin ningún esfuerzo a la posición que disfruta.

Hasta ahora pensé que yo era, lo menos, superior a él y a su raquítica capacidad intelectual, pero descubro que sus habilidades sociales son, con mucho, de mejor forja y calidad que las que a mi me adornan.

No justifico esta molestia que siento contra él, por demás lógica, pero me parece que se basa en mis debilidades y me molesta porque carezco de ciertas habilidades para relacionarme con el mundo. Las bases sobre las que desarrolle mi vida parecen ahora equívocas si vemos los resultados.

Pensé siempre que si desarrollaba mi trabajo callado y sin fallas, sería reconocido y alabado; descubro en cambio que: no sólo no les intereso a las demás personas, sino que soy considerado un bicho raro.

Esas habilidades, tan deseadas por mi; la exactitud, la precisión, el conocimiento y el estudio no son, por mucho, consideradas como de empaque social, las desdeñan los hombres y las mujeres con los que me relaciono.

Me siento solo y en la mayoría de los casos incomprendido; como el filósofo medieval que encontró, al fin, el sexo de las hadas y al tratar de explicarlo a sus pares, estos en loca decisión (para el filósofo) resuelven mandarlo a la hoguera.

Descubro amiga, en fin, que habemos seres con visión periférica en un mundo de ojos nones, de estructuras planas y con melancólicos destinos.

Lo que nos coloca en una posición harto difícil, para no ser tratados como desterrados videntes, en el mejor de los casos o en el peor, anunciados como lunáticos que necesitan con urgencia encierro.

Cuídate y cuida tu lengua, lo que dices puede ser usado en tu contra por personas que no entienden el mensaje o lo entienden y lo consideran peligroso.

Te envío como siempre mis mejores besos amorosos.


Eulógicus

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