sábado, marzo 31, 2007

Jack.

San José, Costa Rica, 20 de febrero de 1890.


Querida amiga:


Prometí escribir de nuevo y hace un mes que no he podido dormir ni hacerlo.

El sueño se repite día con día y el calor es mayor; húmedo y pegajoso.

No encuentro manera de erradicarlos, el calor y el sueño.
Te lo describo son sólo imágenes entreveradas.

El recuerdo me destroza, verla así, tan desprotegida, así tan triste;
siento el mal entrando en su regazo, corta, ilumina;
la suavidad, la inmerecida suavidad de su piel, de la piel;
corto, corta y la luz fría, tan, tan fría, descampa, se deshace;
rompe el silencio, el desenmascarado silencio nos alcanza;
el grito es destemplado, roto y destemplado, cunde el dolor;
ese pedazo colgando, así, de tal manera, que lo oculto y aún está;
miro desde cerca y parece un pájaro, pájaro herido, pájaro durmiente;
sin volar y vuela en círculos dormidos, no se mueve, se contrae me alejo y es peor, rompe el cuadro, rompe el silencio;
la posición ya no es normal;
como interrumpida, como girada hacia donde no quiere estar;
brazos y pies caminan en direcciones encontradas;
más lejos y ya corro, siento las pisadas, desgasto los zapatos;
el ausente, yo ausente, ¿dónde encuentro a mi persona?;
veo el exceso, veo el roto espejo y no soy yo, soy el otro, el fuerte.

¿Entiendes un poco al menos?

De nuevo no puedo contarte las historias pendientes.
Cambiamos de lugar a cada mañana.
Parece que nuestra reputación nos adelanta y es difícil encontrar el tiempo para escribir, para escribirte, a cada paso hay jungla, a cada paso hay verde.

Abrazos por cientos.

Jack Derry Per

sábado, marzo 17, 2007

Describirte.

Describir, describirte.
Esa imagen tuya, compartida.
Que tocó mi corazón, hirió mis ojos.
Esa imagen de fiesta, de festejo.
Tiene la disculpa del trabajo.
Te miras cálida, amable y receptiva.
El cabello recogido, y con hebras que caen sobre tu frente y rozan como dédalos tus hombros, enmarca el óvalo intenso de tu rostro.
Los ojos, obscuros y redondos, son soles que atan, que desatan.
Tus labios rojos, rojos, rojos.
Hacen que el tiempo se trasponga.
Tus hombros toman apenas el tirante del vestido.
Vestido de telón en espera del estreno.
El teatro de la vida.

ah

jueves, marzo 08, 2007

El monstruo

Describo desde aquí al la mujer de mi preferencia.

Está como el monstruo de la Shelly
formada por partes muertas,
ausentes, distantes, dolientes, soñantes.

La uno en la mente
con puntadas someras.
con señas olvidadas,
con caricias certeras.

Lo formo;
de principios que iniciaron felices
de sueños que terminaron perversos
de pecados que lloraban ante el juez

La siento;
piel caliente y desenfado,
boca que busca las pendientes,
sexo que suda desalado: como el diablo.

Y así,
cuando el fuego destruye falaz
al renegado engendro
termino solo y en el hielo
olvidado de vivir.

ah