sábado, septiembre 29, 2007

Signo perdido


Me descubro unido con el peñón, el nuevo embrujo fue enorme y rudo, mover el cuerpo sin sufrir el recorrido duele, duele mucho.

El declive no es muy obtuso, puedo subir lento e introducirme en el primer orificio que encuentre, pie con pie, pedrusco sobre pedrusco, todo mi cuerpo se funde con el muro y siento el rocoso sudor, el sufrimiento. Lo encontré.

Mi gemelo se percibe preso desde los huesos, el conjuro que lo envuelve es de preceptores, existen numerosos hechizos que puedo esgrimir. No deseo herirlo.

Dirijo el índice con pulcritud, pido que todo se solucione bien y nombro el sortilegio - “Zemposúchil -”; todo se obscurece, todo se pierde, es un hecho.

Mi heterónimo es libre por fin y si deseo conocer su derrotero sólo se requiere leerlo, mi némesis fenece con dolor, lento y seguro. Hoy el signo perenne de mi frente dejó de existir.

Arturo Herrera ©

Esta vez añado un comentario sobre este texto sólo para hacer notar la falta de la letra "A". Que a mi me parece obvia pero la evidencia muestra que no lo es tanto.

Saludos


miércoles, septiembre 19, 2007

Xiuhmolpilli

n

Cerrar el ciclo, encender la llama

novísimo fuego que inicia este día

aquí la serpenta encuentra su cola

ahora la acción cede a la visión

m

desde el oriente me mira emplumado

giro y doy la vuelta hasta el desollado

muevo mi cuerpo y el humeante llama

de nuevo me torno hasta el colibrí

m

ahora levanto mi vista hacia el cielo

dos nítidas luces se asoman de ahí

bajo la cabeza y encuentro al más viejo

mis dos pies se asientan en el gran faldón

m

aquí doy gracias al que todo otorga

a la madre tierra que acompaña el viaje

al nueve y al águila que mi nombre forman

al cielo que envuelve, al ciclo cerrar.

m

Arturo Herrera ©