miércoles, abril 14, 2010

El sentido de la vida

El sentido de la vida es que no tiene sentido. Estar (ser) en ella y elegir dubitativamente el bienestar lleno de altibajos y sobresaltos. Llenarla de azar y circunstancias. El efecto que nuestro propio existir produce en este mar de vida toca con sus ondas a múltiples personas, en algunos casos éstas se hacen mínimas, se modulan, y producen una zona calma y bruñida donde nada se mueve, en otras se amplifican y forman tsunamis inverosímiles. Tomemos ahora perspectiva, levantémonos hacia el cielo y volvamos la vista hacia ese mar plagado de individuos, enfoquemos a uno, el más pequeño, que se mueve un poco hacia su izquierda, por intuición, otro, se mueve también y así se forma un río de seres que se acercan o se alejan en movimiento constante. Nuestro cerebro que está hecho para encontrar patrones identifica este movimiento como algo consciente y volitivo, como un ser de múltiples cabezas que se mueve con intención propia. Solo es biología, como los grandes cardúmenes que se mueven, al parecer al unísono, ante circunstancias exógenas o solo es física ya que dos cuerpos no pueden ocupar el mismo espacio al mismo tiempo. Si tenemos una pelota en nuestras manos y la arrojamos hacia arriba para después de confrontar a la gravedad ésta caiga en una gran mesa con mil pelotas numeradas, una y otra vez, es seguro que nuestra pelota no las tocará en el mismo orden ni en el mismo momento. Si acotamos el experimento y logramos, por medio de una máquina, hacer el lanzamiento siempre igual, tampoco sucederá el mismo orden. Será posible sólo cuando logremos mantener todas y cada una de las variables fijas. La vida no es así está llena de azar y circunstancia (de variables). No hay deidad conductora, no hay senda ya formada, no existe el universo conspirador que dirige causalidades; existe, sí, un sinnúmero de eventos posibles para cada momento dado, que se definen por el azaroso paso de nuestra vida cuando toca las ondas emitidas por los congéneres y la circunstancia del instante que es irrepetible. Ayer compartí una agradable tarde con una mujer interesante y hermosa, los vericuetos de vida para darnos cita en ese lugar y hora exactos (casi) exceden el poder de mi comprensión, el gozo de sumergirse en sus ojos oscuros y escuchar una historia llena de azar y circunstancia vuelve al propio evento posible pero escasamente probable. Entonces, el sentido que deseemos darle a la vida es eso, una posibilidad apenas probable o una probabilidad raramente posible. Ya realizado el hecho es difícil pero existe la capacidad de rastrear todo el trayecto que nos llevó hasta él. Preguntarnos: ¿Por qué o para qué estamos aquí?, o ¿qué sentido tiene la vida? tiene tal cantidad de respuestas posibles que enumerarlas nos llevaría la vida completa, cuando llenarla de azar y circunstancia, descubrirla con curiosidad y sorpresa, ante el infinito número de variantes, harán que las elecciones tomadas, aunque con grandes dudas, sean relevantes para nuestro bienestar.

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4 comentarios:

lichazul dijo...

el sentido de la vida es simplemente existir, el sentimiento y la conciencia es nuestra "materia" mejor y más valiosa

besitos arturo

un reflexivo y profundo pensamiento plasmado hoy nows regalas

felicidades

Malinata dijo...

Y acaso tiene alguna utilidad el darle sentido?
Ahora el misterio por fin queda revelado y esa, la que por fin dio luz a los ojos y sentido a ese momento, es la que ocupa el pensamiento y el espacio, el tiempo, los sueños y el momento.

Si se hiciera el experimento que dices incluso en un ambiente comprobado y con todas las variables fijas siempre existiría esa que es incontrolable, el tiempo.
Sería el mismo evento, las mismas circunstancias, incluso las mismas pelotas (actores) que participan en la prueba, pero lamentablemente, el tiempo ya no es el mismo del primer intento ni del segundo ni del tercero.
Buena reflexión y mejor luz en el camino.
Felicidades por la felicida y en hora buena el descubrimiento, las almas gemelas si existen.

Malinata dijo...

Oops. Es controlado, no comprobado.

Anónimo dijo...

El sentido de la vida te lo diré en tres palabras: YO QUÉ SÉ!!!!

WARREN SÁNCHEZ
LES LUTHIERS

Un abrazo