domingo, junio 17, 2007

El baño.

El baño, la regadera en específico, es y ha sido un vínculo para mi estructura de vida. Es en el lugar donde dilucido grandes temas, no sé si el agua salpicando sobre la piel, el sonido que hace contra las cortinas plásticas o el desenfadado vapor que humedece mis vías respiratorias provocan un estado de conciencia alterada que me permite verme, en muchas ocasiones por fuera de mí. Como alma llevada hacia fuera por míticos personajes, como resultado de meditación oriental profunda, como desdoblamiento onírico astral, etc. Fuera de mi.

Por otro lado, las palabras, por el sólo hecho de serlo, me gustan más o me disgustan menos y tengo las consideradas preferidas.

Perogrullo es una de ellas, y al entrar a la regadera venía acompañándome silenciosa desde una lectura anterior que la refería, nada amablemente, en relación a los políticos, Perogrullo puede parecer despectiva o agresiva pero es desde luego una de las mejores palabras del diccionario.

En adición, y ya en ese estado de meditación lúdica que representa el baño, me saltó (como saltan los gatos cazadores sobre su presa) otra querida palabra:

Tautología, para retarme (otorgándole, a la palabra, cierto animismo estrafalario) a explicar por qué: la primera de forma despectiva y la segunda de manera culterana, significan casi lo mismo.

Perogrullo:

Verdad o certeza que, por notoriamente sabida, es necedad o simpleza el decirla.

Tautología:

Repetición inútil y viciosa. Despectiva

Repetición de un mismo pensamiento expresado de distintas maneras

En ciencia: verdad evidente por sí misma.

Que se utiliza como argumento inicial de una demostración matemática o lógica.

Así dicho, descubro (en el baño) que todo esto que he dicho es o un Perogrullo o una tautología, lo que nos lleva a concluir que los pensamientos suscitados en la regadera son (en el mejor de los casos) circulares y no extracorpóreos. ¿Perogrullo de nuevo? ¿Tautología?

Arturo Herrera ©

1 comentario:

Vicky dijo...

Arturo
Ya ves..... le das buen uso a la regadera, y mientras meditas y tus palabras dan vueltas en un mismo pensamiento, el agua corre, esa no se estanca jajajaja
Me encanta leerte.
Un beso