lunes, abril 30, 2007

Armada.

xxxxxxxxxx

Querida Amiga:


Hoy tengo que contarte sobre mi reconciliación con Armada.


Después de la hecatómbica diferencia que tuvimos en días pasados, dejar de hablarnos por al menos una semana y sufrir sus arrebatos (cosa que se vuelve cada día más frecuente) esta mañana amaneció generosa.


Y tú ya sabes lo que eso representa; el permitirme deslizar mis dedos sobre su coraza sin hacerme sentir culpable por las rápidas salidas al café; sentir esa energía que emana de su cuerpo y el sonido bajo y gutural de su respiración; tocar con parsimonia esos sus lugares donde (tu y yo sabemos) se enciende, para permitirme con tacto renovar nuestro diálogo (a veces monólogo); descorrí con sumo cuidado sus compuertas y mis dedos aletargados por semanas descubrieron sus lugares profundos.


El fluido ahí era tangible, las ráfagas energéticas salían despedidas como fuegos de artificio, pero yo sabía (me imaginaba, lo presentía) que este acercamiento mejoraría nuestra deteriorada relación, tome el adminículo y con sumo cuidado (con guantes para evitar desenlaces fatales) lo inserté con fuerza y con cuidado en su ranura, se encendió de inmediato con un sobrio siseo de tono bajo (el sonido de un minino cuando es feliz) diferente por completo al usual.


Voilá, las señales en su faz mostraban que llegaba cada vez más alto, más alto, fue sensacional, mi sudor se convirtió en placer y al final marcó.


Si, marcó 1028 megabytes (un giga) en su memoria RAM.

ah

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