Al saber embózalo Juana Inés,
la habilidad ocúltala Dupin
hasta llamarte arena y serafín.
Emily; las borrascas de costumbre
del translúcido aceite caes, Lillian
y del propio lugar, Virginia, brillan.
Gabrielle, ¿cómo llegaste a ser Colette?
Elena pidió paz, lloró Mistral
y con Safo son parte del total.
Desde el latín de la soltera Castellanos
hasta las huellas sutiles de Alfonsina
se mantiene la arcaica Eufrosina.
Mary aterra a las consciencias
del duro acero del orgullo
Austen sin prejuicio del murmullo.
Anais, al fin una completa y
del saber, en manos divertidas,
ángeles en escribas convertidas.
Arturo Herrera ©
1 comentario:
y ahora siguen los lectores....andamos volados jijiji
etéreos o terrenales
mejor buscar el equilibrio,quizá por allí se encuentra la musa
que a todas estas bellas sopló palabras en sus plumas
y que nos legarón su inteligencia y ternura:-)
muakismuakis arturo ...como mc arthur he vuelto jijiji
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