miércoles, julio 18, 2007

Soy.


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Escribí este texto ya hace algunas semanas y pensé varias veces en pegarlo al blog, me detenía un poco de prudencia y de timidez ante lo abrupto de mi discurso sobre un tema que siempre es polémico. Hoy, después de las noticias de la semana sobre el juicio a los sacerdotes pederastas en los Estados Unidos y el desprecio total a las instituciones de justicia de los prelados católicos, (llámese cardenal mahoney, o algo así, y el cardenal mexicano, de cuyo nombre no quiero acordarme) que prefirieron pagar (del propio dinero de la congregación, o de la santa sede, [no puedo dejar de hacer un juego de palabras: “la santa cede”]) una cantidad obscena de dólares para evitarse la pena de declarar ante un jurado. El precio me parece adecuado, son algo así como 666 millones de diabólares. Sé que no es la cantidad exacta pero hacer referencia del número que nos lleva a la edad primera del catolicismo, de el uso de esa cifra para nombrar al “mal” y de las relaciones que se ejercen a través de los siglos para demostrar que no hemos cambiado nada (para ser asertivos diré: muy poco) desde los inicios de está religión con excepción de que en esos inicios el “mal” se encontraba afuera y ahora está adentro de ella.

Vaya pues este texto mío que ahora parece totalmente suave y benevolente.

Soy

Soy absolutamente ateo y totalmente anticlerical pero lo más difícil, decidí hace mucho tiempo no intentar convencer a nadie de acompañarme en esta búsqueda hacia la nada.

Admiro profundamente a las personas que con conocimiento de causa prefieren anteponer su fe, su creencia a las vicisitudes de la razón. Admiro más por cierto a los que han intentado incrementar el conocimiento que tienen de su fe y han realizado un viaje (parecido al mío) para alcanzar esa certeza. Aunque nuestros caminos sean divergentes.

A los que no admiro son a los que requieren del dogma para minimizar a sus congéneres, para radicalizar una posición sólo con el argumento de que es dicho por la iglesia o por un docto doctor o por un iniciado o por un maestro emérito o por un simple licenciado (el caso es que no soporto a las personas con ideas de otros y solamente ideas de otros), en el caso católico por el papa, en otros casos por las personas que detentan el poder religioso. A los que el solo hecho de pertenecer a una congregación les confiere la potestad de proliferar e instigar a la comunidad a la “verdad”.

Soy profundamente ateo y no respeto a los personajes que anteponen sus gracias o desgracias a dios por encima de sus merecimientos o carencias, la posición de dios y su deseo es siempre la excusa de sus bienes y sus desdenes. No respeto a la acendrada moral que elimina la decisión personal y donde el libre albedrío solo es correcto si sigue las directrices desarrolladas por el dogma en curso, aunque este sea totalmente diferente al dogma milenario.

Soy totalmente anticlerical (en este caso si católico) porque veo en ese aparato manipulador a muchos de los males que engendran a la sociedad occidental moderna, la total falta de claridad y sujeción ante el poder, su ceguera insensata hacia los grandes perjuicios que ocasionan sus prelados atacando sin cuartel a niños desarmados y refugiándose luego bajo la sotana del cardenal cercano, que en aras del “bien” eclesiástico los oculta y los ayuda para evitar su merecido castigo.

Refreno mis ansias de proferir aquí ofensas en contra del anciano marcial y decrépito al que sólo se aleja de los “usos” de la iglesia cuando no sólo es un animal masieliento, de bajas costumbres e inconfeso sino que hay testimonios de hombres probos que lo desenmascaran y relatan sus desventuras cuando utilizó su posición de mentor para abusar de ellos. Y la institución papal lo aclama como protector de la fe.

Prefiero, entonces mantener este estado de ateísmo anticlerical para defender mi alma, esa de la que las religiones se creen poseedoras, alejada de su abulia y su doble moral, para así; en un final de doble giro (como las hélices del ADN) redescubrir por último que la ausencia de dios (de deidad, de primer motor, de energía creadora, de cuantos energéticos) te lleva irremediablemente a la luz, a la iluminación y que tu alma emerge del pozo mal oliente de esa desechada religión sin mácula y dispuesta a encontrar mejores y más fructíferos caminos.

Arturo Herrera ©

8 comentarios:

Yarith Ceculia Ruiz Ariza dijo...

Hola Arturo:
Y yo admiro a las personas que dicen lo que piensan y lo expresan con claridad...

Interesante tema propones y compartes; eso es lo que yo llamo traficar con la fe de los creyentes y subutilizar el poder para poder seguir siendo mercenarios...

Generalizar sería errar, acá en mi ciudad, en un tiempo estuve muy en contacto con el clero, me acerqué a varios sacerdotes e hice unos cuantos amigos, eso me permitió conocer múltiples facetas de su "vocación" y actitud de servicio, como en la viña del Señor, hay de todo: comprometidos con su vocación, espirituales, mundanos, los hay quienes buscan una salida económica a su crisis familiar, quienes se dedican a reformar los templos, quienes compiten por ser mejores gestores, quienes aman lo que hacen, quienes esconden sus preferencias sexuales, en fin...

Pero en cuanto a la fe, a los dogmas, a esa actitud pasiva de ser quienes evangelizan, a veces, "al estilo moderno de los conquistadores españoles", se avanza, quizás a paso lento, pero se avanza, se culturiza al pueblo y eso tiene sus pros y contras; yo por mi parte veo con buenos ojos que se le diga a la gente tal y como son las cosas para que ellas en libertad, decidan si seguir enseguecidos o despertar de ese letargo de siglos hacia la verdadera espiritualidad....

Más que por mantener dogmas de hombres, lo que este mundo necesita son líderes espirituales que sean conscientes de la importancia de la verdadera liberación espiritual, que nada tiene que ver con instituciones, figuras, personajes sino con la verdad sobre la esencia del hombre y desde allí el descubrimiento en el corazón de la presencia de Dios en la existencia...

Me agrada leerte y verte por casa...

Un beso en la distancia y un fuerte abrazo desde la Barranquilla cálida y alegre de mi Colombia, bella...

Kya...

lichazul dijo...

arturo respeto y comprendo tu clara exposición,y como dice kya hay de todo en la viña ...las religiones son cosa de hombres,y la fé es de Dios,sólo él la pude dar a quien lo busca con sinceridad y amor verdadero...lo demás son trucos pirotécnicos para llamar la atención:-)
hay quienes si demuestran con hechos su amor al prójimo real y leal...pero también hay otros que usan esa sed y esa ignorancia para su propio beneficio...hay de todo en esta viña,pero sólo uno es el viñador.

un abracito de paz pa'ti y te he visto pasar silencioso en mi ventanita:-)gracias por leer.

aire... solo un suspiro del aire dijo...

Arturo..

Desafortunadamente esto se da y se a dado tantas veces que es una burla el que aùn hoy en día quieran las autoridades católicas en hacernos creer que con una cantidad increíble de dólares todo estará bien, rezaran un rosario y todo està perdonado..
Debo de confesar que soy católica desde niña màs no practico la religión, creo en un dios.. a mi manera, a mi forma... platico con èl y sè que me escucha.. Siento que no le hago daño a nadie y tiendo mi mano al que me la solicita..
Quizá yo ante los ojos de los católicos esté muy mal pero no soy hipócrita ni trato de ser uno mas del ganado que va a misa a repetir sin sentir...
Interesante tema.. muy analítico..
Si me lo permites vendré a leerte.. Saludos

Lau¡¡¡

aire... solo un suspiro del aire dijo...

Pase a dejarte un saludo deseando tengas un bello fin de semana...

Lau¡¡¡

Yo dijo...

Arturo:

Pasé a echarle un vistazo rápido a tu blog.
Sobre este texto ya conoces mi sentir (si leíste mi respuesta en Hi5, claro); estoy leyendo "La Guerra del fin del mundo" de Vargas Llosa y en ella se refleja mucho de lo que tú dices: La manipulación, las supersticiones, los sacerdotes pedófilos, la fe ciega de la gente que conmueve, pues no me imagino el grado de fe que tendrían esos hombres (recordemos que la novela está basada en un hecho real) para dar su vida por un hombre que les promete la salvación. El fundamentalismo siempre ha acompañado al hombre y todavía se ve muy lejano el fin de esta lacra.
Me gustó el poema de las mujeres (Ese en el que utilizas nombres de "famosas") y tu cuento sobre Armada; me recordó todos los problemas que he pasado con mi viejo ordenador de escritorio, el cual tiene ya casi 11 años y ya le cuesta mucho andar al pobre (por fortuna ya repararon mi ostra, un defecto de fábrica).
Gracias por agregarme a tus vínculos, y gracias también por el banner de copyscape que te he pirateado.
Te mando un gran saludo.

lichazul dijo...

arturo paso dejando un saludín pa'ti
:-)
que tengas un hermoso día
y las mejores vibras
xaolín

.... dijo...

Maravilloso escrito... la fé es unipersonal, energía universal sin nombre de iglesia, es saber vivir en el claro conocimiento de tus actos ante la vida y nadie debería corromperla... vivir con paz, libertad de actos sin hacerte daño ni hacerlo a los demás es como se mantiene la Fé y se ama a Dios...
De nada vale predicar, evangelizar si las palabras se desdicen con los actos...

Un abrazo...

ESENCIA dijo...

Arturo, no había leido antes este artículo...partiendo de la base de que yo si tengo fé... te diré que todo está podrido y la iglesia desde dentro....me tendría que poner a hablar casi del Club Bilderberg y otras muchas cosas..
ahora ...habría que definir que es tener o no tener fe...
yo no tengo fe en la iglesia...tengo fe en Dios... y qué es Dios ?... sólo me atrevo a decir que NO ES...
UFFF. Tela marinera...
Puedo entender creo, al ateismo que te refieres...